Comenzaron los juegos. La lucha por el mando de la televisión sólo fue una mala excusa para empezar a rozarse el uno con el otro. Sentir la piel de ella junto a la suya fue una sensación que echaba de menos desde hacía tiempo. El olor del perfume de su cuello lo colocaba, lo hacía viajar a través de un mundo imaginario en el que reinaba la felicidad.
Justo cuando el juego iba a convertirse en verdadera acción, sonó su teléfono móvil. Tenía que marcharse. La historia de sus miradas se quedo en la introducción de una bonita novela romántica de la que se desconoce el final. Ahora, sólo le queda jugar bien las cartas que le ha proporcionado el destino. Aún así, es ella la que tiene el timón del barco que surca el mar de los sentimientos que los une.
La proxima vez yo apagaría el movil ^^
ResponderEliminarComo ves contesto en tono broma y sin acritud jejeje
Un beso!!!
y que triste cuando debemos despedirnos... cuando se quisiera estar por siempre juntos.
ResponderEliminarCariños
bonita historia Lukowsky, la verdad que siempre que estamos en situaciones asi suena el telefono
ResponderEliminarun beso!!
Que bonito! pero. a veces es bueno que suene el telefono...te deja con ganas de más, así la proxima vez será mas intenso ;)
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