2.23.2011

Cuerpo y mente.

Se sentó en aquel lugar sabiendo que lo que a continuación iba a ocurrir era una auténtica locura. Ella no era libre y él sentía el suficiente miedo como para no disfrutar al cien por cien lo que iba a suceder. Contrariamente a lo que sucede generalmente, todo fluyó desde el principio. Los dos ardían en los mismos deseos y, en ese preciso instante, nada les impedía ser dos cuerpos prendidos en el fuego más sofocante jamás conocido por el hombre. Nada salvo aquel pequeño gran detalle sobre su libertad. Sucedió lo que tenía que suceder, lo que ambos habían demandado anteriormente con roces y miradas. Pero, ¿cuál era el precio moral de aquello que hacían?

Acabó la mañana entre acción, besos y placeres. Ella volvió donde le correspondía y él camino hasta casa. Su cabeza comenzó a resquebrajarse en mil pedazos preguntándose si lo que había hecho era o no lo correcto. En ese momento, comenzó una ardua discusión entre el placer corporal y la conciencia humana. La respuesta correcta a todo era demasiado compleja, como una extensa telaraña de pensamientos y sentimientos.

Finalmente, decidió acabar con esa locura en un arrebato de moral humana, intentando así dominar su cuerpo a través de su mente. La cuestión es si, cuando esté a escasos centímetros de ella y su cuerpo, será capaz de dominar al placer.

2.21.2011

Musicalité.

Una buena amiga, me dijo un día que existía una canción para cada momento que se vivía. Llevaba demasiada razón. Da igual si estás feliz o triste, alegre o melancólico, lleno de ira o calmado. No importa qué, cómo, dónde, ni cuándo. Siempre hay una canción para ese preciso instante.

Empecé con ZZ Top, Sinnead O'Connor, Enrique Bunbury, Eric Clapton y B.B. King de la mano de mi padre y el equipo de música de casa. Seguí creyéndome un auténtico revolucionario y aprendiendo apartados pequeños de la vida al ritmo de SFDK, Frank-T, Chojin, Nach, Eminem y Brother Ali. Salí de mi esfera de pantalones anchos y sudadera de la mano de Isaac Hayes, Aretha Franklin, David Porter, Al Green y Otis Redding. A través de todo lo anterior llegué a cantautores como Ivan, Alex Ferreira, Ismael Serrano, Quique González, L.A. o Red Russian para después tirarme a la música electrónica de la mano de David Guetta, Justice y Daft Punk. Ah, se me olvidaba mi etapa de rockero de la mano de Linkin Park, Korn, The Offspring, Limp Bizkit y clásicos como Nirvana, Guns N' Roses o Queen.

Miles de etapas que se resumen en centenares de cantantes y grupos y miles de canciones. Ahora, por suerte o por desgracia, soy un hervidero continuo de música. No sé salir de casa sin música y no sé estar en casa sin música. Seguramente sea una genial enfermedad que me hace caminar por los senderos de la vida con una extensa musicalidad. No sé sobrevivir sin música. Porque para mí, cómo dijo Nietzsche: "Sin música, la vida sería un error."

Así que, por favor, no paren la música...



2.14.2011

"De la brevedad de la vida" - Séneca

Hoy no soy yo, pero como si lo fuera. Lucio Anneo Séneca, filósofo romano del siglo I d.C., va a decir algo que probablemente yo lleve demasiado tiempo intentando decir. Es un texto que pertenece a su obra "De la brevedad de la vida". Sólo espero que lo disfrutéis tanto como lo hice yo cuando lo descubrí.

III

Ciento o más años te agobian; pues bien, llama a cuentas a tu existencia; computa qué porción de este tiempo se te llevó el acreedor; qué porción la amiga, qué porción el rey, qué porción el cliente, qué porción tomaron las charlas con tu mujer, qué parte la corrección de los esclavos, qué parte las caminatas por la ciudad en cumplimiento de los deberes de la cortesanía; añade a esta suma las enfermedades que tú mismo provocaste; añade el tiempo que sin provecho discurrió, y verás cómo tienes más pocos años de los que cuentas. Haz memoria de cuántas veces perseveraste en el propósito, de cuántos días transcurrieron con la destinación que les asignaste, de cuándo sacaste provecho de ti mismo, de cuándo tu rostro mantuvo una tranquila dignidad, de cuándo tu alma no sucumbió a la cobardía, de cuántas obras terminaste en tan largo plazo de vida, dé cuántos te la defraudaron sin que tú sintieses la pérdida, cuánto de ella te restó el dolor vano, la necia alegría, la codiciosa avidez, la conversación complaciente, y cuán poco se te dejó de lo que era tuyo. Entonces comprenderás que tu muerte es prematura.

¿Cuál es la causa de todo esto? Que vivís como si tuvierais que vivir siempre; que nunca os viene a las mientes la idea de vuestra fragilidad; que no medís el tiempo que ya ha transcurrido; lo perdéis como si tuvierais un repuesto colmado y abundante, cuando, por ventura, aquel mismo día de que hacéis donación a un hombre o a una cosa, será para vosotros el último.

VIII

Acostumbro maravillarme de ver cómo algunos piden tiempo, y que aquellos a quienes lo piden son muy fáciles en darlo. Unos y otros hacen caudal de aquello por lo cual piden el tiempo, pero ninguno hace caudal del tiempo mismo. Pídase como nadería y como nadería se da; se juega con la cosa más preciosa del mundo; y lo que engaña es ser el tiempo incorporal, que no impresiona la vista, y por eso se le tiene por cosa despreciadísima, o mejor, de valor nulo.

Nadie restituirá los años, nadie te los devolverá. Seguirá su camino la edad y no modificará su dirección ni atajará su andadura; ningún ruido hará, ni te dará aviso de su velocidad; avanzará con pies de fieltro. Ni mandato real ni favor del pueblo pondrán su meta más lejos; correrá con la misma prisa con que el primer día se lanzó a la carrera; no se equivocará, no se detendrá. ¿Qué pasará? Que tú estarás descuidado y la vida se apresurará y luego se presentará la muerte a cuyo poder, lo quieras o no, serás entregado.


Y ahora, ¿estáis dispuestos a perder vuestro precioso tiempo?


2.09.2011

¿Madurez o locura? Pene.

Hablo con diferentes mujeres y me pregunto a mí mismo que quiero de una chica. Creo que cada día doy más valor al divertimento, al placer y a la locura. Pero en el fondo, o no tan en el fondo, sé que en realidad quiero a una chica madura, estable y alejada de niñerías.

Pero lo más real de todo esto es que siempre odié los prototipos. Así que, al final, decidirán millones de cosas menos mi corazón, como mis prejuicios o mi pene. ¿Y dicen que somos distintos de los animales? No demasiado...


2.07.2011

El miedo es libre.

Llevo un tiempo escuchando de voz de una persona mayor que "el miedo es libre". Al principio me hacía sonreír, sin más. Después pensé a qué podía tener miedo una persona de su edad. Vinieron a mi cabeza demasiadas ideas y todas eran respondidas por la mismas palabras, esas que decían que con tantísimos años a la espalda estas personas no tienen miedo a ciertas situaciones que seguramente han vivido ya en primera persona. Su experiencia les hace poseer una respuesta rápida ante ciertos hechos.

Pensando me pregunté que si algo debía causar temor en ellos, debería ser algo que ninguno había experimentado. La respuesta, fácil y sencilla pensé después, era la muerte. Me pregunto cómo debe ser el devenir de los días cuando llegas a cierta edad. Supongo que comenzarás a preguntarte cuánto queda para afrontar ese momento y si está próximo. Las enfermedades hoy día son un canal que puede dar respuestas a la pregunta del cuándo, pero la medicina confunde estas respuestas con curas pasajeras. Probablemente pensar en el momento de marchar para una persona de avanzada edad debe ser horroroso aunque en ocasiones servirá para recordar momentos del pasado, huellas imborrables dejadas en familiares y amigos. A pesar de estos lapsus de recuerdos, debe ser terrible saber que cada día están más cerca de morir.

Finalmente, me puse en mi propio pellejo. Es un tema que siempre me ha asustado, que me ha horrorizado muchas noches hablando conmigo mismo. Supongo que todos tenemos un momento para morir condicionado por millones de variables y ninguna casualidad. Siempre lo he creído así, el destino tan sólo es un conjunto de decisiones que nosotros mismos tomamos o que toman otros acerca de nosotros. Nada es casual, todo está determinado. Y nuestro momento llegará cuando tenga que llegar, sin previo aviso y, sinceramente, creo que así es mejor. Fijar una fecha para tu defunción te hace hacer cosas que quizás jamás harías sin saber cuánto queda para morir. Lo que si tengo claro, es que deseo que sea rápido e indoloro. Bastantes lágrimas se derrochan a lo largo del camino como para que en la despedida sigan desbordándose gotas de dolor.

Muerte. Una palabra tan simple y envuelta en un interminable conjunto de misterios y penas. El miedo es libre, sí, pero seamos sinceros, la muerte es uno de esos miedos que nos persigue cada día inconscientemente y que va evolucionando in crescendo en nuestra conciencia a medida que pasa el tiempo hasta que, de forma inesperada, el temor se convierte en realidad. Y fin, se acabó la partida.

El miedo es libre y precisamente uno de estos miedos, la muerte, acaba liberándonos totalmente.

2.05.2011

Smiles before sleep.

Hay días en los que crees que es mejor no levantarse. Hoy era uno de esos días. Cada pequeño detalle desconcertante te saca de lugar, cada situación mínimamente desfavorable te hace estar malhumorado. Te fijas en todas cosa que está fuera de su sitio, en cada una de las decisiones con las que no estás de acuerdo. Es un continuo enfado personal que aumenta progresivamente, acumulando en tu cabeza cada problema anterior.

Y cuando ves que tu día va a acabar mal, aparece alguna persona que te ilusiona. Esa persona que te ilumina por dentro con dos simples palabras y que te hace reír. Eabout:homesa persona que te hace ir a dormir con una sonrisa de oreja a oreja a pesar de un día pésimo. Esa persona que incomprensiblemente ha convertido tu día gris en una noche llena de color y musicalidad. Esa persona que consigue que tus pensamientos sobre la almohada antes de dormir sean felices, esa misma que envuelve tu halo de preocupación en un mosaico de sonrisas y te hace soñar una noche más.

2.03.2011

¿Enamorarse y ser feliz?

Dos y media de la mañana, vuelvo a trasnochar. Y a pensar.

Estaba hablando con una amiga, se ha enamorado. Se siente feliz, dispuesta a luchar por cada ápice de amor. Me he alegrado y... he sentido envidia. Hace tiempo que no hace parada por mi estación el tren del amor. Ciertamente, me apetece que vuelva a pasar. Quiero volver a sentirme complementado por alguien, volver a tener un bonito motivo con el que despertar cada mañana. Hacía tiempo que venía detestando el amor y toda su esfera de parafernalia romántica pero, fíjate, como cambian las cosas. No sé, me apetece que alguien vuelva a hacerme volar.

Pero, es el eterno dilema que envuelve la esfera del amor. ¿Enamorarse para sufrir? La experiencia es un grado y son demasiadas las caídas cuando te sientes el amo del mundo, cuando crees estar en la cima de la vida y acabas, en pocos segundos, en el ambiente desolado del Tártaro. El reflexionar me crea demasiadas dudas acerca de si merece la pena o no volver a intentar ciertas cosas cuando el pasado te ha dado tantos palos.

Posiblemente, vuelva a caer. Tal y como todos volvemos a caer, porque la mejor forma de evitar una tentación es caer en ella y... sí, el amor es una gran tentación. Va siendo hora de actuar, de encontrar a una persona que me haga feliz. Sí, he dicho encontrar, no buscar. Los años me han demostrado que las mejores cosas de esta vida vienen de repente, sin buscarlo. Y eso es lo que voy a hacer, esperar tranquilamente, tomando un café y leyendo algún libro mientras escucho alguna buena canción. Para ganar, hay que jugar, así que juguemos una partida con el amor. Sin miedos ni prejuicios, sólo por placer.

PD: estoy aficionándome a escribir en primera persona y es algo que odio, pronto cambiará.


2.02.2011

Luces y sombras.

Tres y cuarto de la mañana. Definitivamente creo que soy un viejo perro abandonado al que le gusta deambular por las horas iluminadas por la Luna. Le perdí la partida al día y ahora mi alma sobrevive entre sombras y luces. La paz que acompaña a las estrellas tranquiliza mi ser, apacigua mi rabia. Los segundos que marca el despertador son, en muchas ocasiones, el único sonido que acompaña a los latidos de mi corazón. Silencio... preciado tesoro, necesaria arma de la mente. Con el paso de los años mi vida se ha convertido en un binomio de personalidades entre el día y la noche. En la luz actúo, en la sombra pienso. He perdido el miedo a todo en el plano público, excepto a pensar. Esa parcela humana se la reservo a la noche y a sus acompañantes. No sé si por miedo o por prudencia, aunque probablemente sea sólo por placer. Maldito hedonismo...