2.21.2011

Musicalité.

Una buena amiga, me dijo un día que existía una canción para cada momento que se vivía. Llevaba demasiada razón. Da igual si estás feliz o triste, alegre o melancólico, lleno de ira o calmado. No importa qué, cómo, dónde, ni cuándo. Siempre hay una canción para ese preciso instante.

Empecé con ZZ Top, Sinnead O'Connor, Enrique Bunbury, Eric Clapton y B.B. King de la mano de mi padre y el equipo de música de casa. Seguí creyéndome un auténtico revolucionario y aprendiendo apartados pequeños de la vida al ritmo de SFDK, Frank-T, Chojin, Nach, Eminem y Brother Ali. Salí de mi esfera de pantalones anchos y sudadera de la mano de Isaac Hayes, Aretha Franklin, David Porter, Al Green y Otis Redding. A través de todo lo anterior llegué a cantautores como Ivan, Alex Ferreira, Ismael Serrano, Quique González, L.A. o Red Russian para después tirarme a la música electrónica de la mano de David Guetta, Justice y Daft Punk. Ah, se me olvidaba mi etapa de rockero de la mano de Linkin Park, Korn, The Offspring, Limp Bizkit y clásicos como Nirvana, Guns N' Roses o Queen.

Miles de etapas que se resumen en centenares de cantantes y grupos y miles de canciones. Ahora, por suerte o por desgracia, soy un hervidero continuo de música. No sé salir de casa sin música y no sé estar en casa sin música. Seguramente sea una genial enfermedad que me hace caminar por los senderos de la vida con una extensa musicalidad. No sé sobrevivir sin música. Porque para mí, cómo dijo Nietzsche: "Sin música, la vida sería un error."

Así que, por favor, no paren la música...



4 comentarios:

  1. me encanta esta genial enfermedad :D como ya te dije me encanta esta cancion
    un beso!

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  2. "¿Cuándo vas a venir otra vez por aquí?"

    Me encantan tus etapas y que no continue la música...

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  3. Qué grandísima sorpresa ver a Ivanfe y Quique por aquí, pero he echado de menos algunos que a lo mejor ni conoces, o que hasta ya has aborrecido:
    Extremoduro, Marea, La Fuga, Vetusta Morla, Nacho Vegas, Love of Lesbian... entre muchos otros.

    PD. Sin ánimo de imponer, es una mera sujerencia :)

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  4. Estoy y no estoy de acuerdo.
    Creo que sí, que nuestra experiencia se enriquece con la experiencia de otros, y si son músicos y han sabido expresarla en música, ayuda y nos hace sentir matices de nuestra propia vida.
    Pero creo que hay que tener cuidado. La música de otro es eso, de otro. Nuestra propia música está en el corazón, y muchas veces la música de otros puede ahogar ese sonido tan fundamental para vivir con plenitud . Hay que conocerse muy bien por dentro, hay que ser muy consciente de lo que vivo, hay que ser mucho yo mismo para descubrir qué música habla de mí en cada momento. De otra manera, se acabará convirtiendo en una huida, en una escapada para no mirarnos por dentro.

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