Bien lo sabes: ese demonio cobarde que llevas dentro a quien complace juntar la manos y cruzar los brazos, y sentirse más cómodo. Ese demonio cobarde te dice: ¡Existe un Dios!
-Friedrich Nietzsche
El miedo nos hace débiles y cuando esto sucede buscáis algo tras lo que salvaguardaros. La muerte aniquila la valentía del ser humano, desmorona la fuerza vital de cada persona. Es en esos momento cuando el rezo a una divinidad se convierte en vuestra única salvación. Da igual el nombre: Yavhé, Ala, Buda... Farsas destinadas a fortalecer la mente del hombre débil. La incapacidad para seguir adelante ante las adversidades os hace resguardaros tras el manto sagrado de algún dios. Burdas invenciones para paliar vuestras cobardías.
Es más fácil aguardar arrodillado al borde de la cama, rezando para que el curso de algo tome el buen camino. Es más sencillo ser conformista, cruzarse de brazos y confiar en que algún ente sobrenatural consiga solucionar todos vuestros problemas. Es más cómodo escudarse en alguna venenosa religión.
Valiente engaño estúpido.
Imbécil divina debilidad.