2.02.2011

Luces y sombras.

Tres y cuarto de la mañana. Definitivamente creo que soy un viejo perro abandonado al que le gusta deambular por las horas iluminadas por la Luna. Le perdí la partida al día y ahora mi alma sobrevive entre sombras y luces. La paz que acompaña a las estrellas tranquiliza mi ser, apacigua mi rabia. Los segundos que marca el despertador son, en muchas ocasiones, el único sonido que acompaña a los latidos de mi corazón. Silencio... preciado tesoro, necesaria arma de la mente. Con el paso de los años mi vida se ha convertido en un binomio de personalidades entre el día y la noche. En la luz actúo, en la sombra pienso. He perdido el miedo a todo en el plano público, excepto a pensar. Esa parcela humana se la reservo a la noche y a sus acompañantes. No sé si por miedo o por prudencia, aunque probablemente sea sólo por placer. Maldito hedonismo...


6 comentarios:

  1. Benditos los ojos...
    Ya era hora, señor Lucas, de dejarse ver por aquí!
    Espero que su vida filosófica esté siendo de provecho. La mía filológica es bastante satisfactoria. Espero saber de vos algún día de estos, cuando el maldito deber estudiantil nos deje.
    ;)

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  2. Me alegra que estés de vuelta, ya se te echaba de menos :)
    espero seguir viendo entradas por aqui a menudo.

    Un beso! ^^

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  3. Parece que ambos seguimos siendo...

    Hasta pronto, espero.

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  4. jajaja no habia visto tu comentario en mi blog hasta ahora. Supongo que en parte llevas razón, intentaré seguir tu consejo ;)
    Muchas gracias por el animo y por pasarte por mi sitio, de verdad :D

    Un abrazo!

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  5. Woooo!! si es para seguir así de bien me da igual que tardes en actualizar jaja.
    Creo que se lo que es eso de actuar y pensar... y siempre es mejor poder ser uno mismo, sin miedo a las consecuencias.

    Un beso Lucas.

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