5.18.2010

Un mundo mejor, un mundo feliz.

Se recuesta sobre su cama, harta del mundo y cansada de la rutina. Sus ojos se cierran y cae el telón de lo consciente. Es momento de la imaginación.


De repente, abre los ojos. Su habitación oscura es ahora verde y está repleta de luz y calor. Sin previo aviso, el colchón de su cama estira sus patas y comienza a caminar. Todo lo que le rodea parece tener vida propia. El colchón empieza a bajar las escaleras del primer piso y se coloca frente a la puerta principal de la casa. La enorme lámpara de pie que antes parecía un palo de hierro inservible, ahora estira uno de sus brazos y abre la puerta. El colchón sale a la calle, con ella encima, e inexplicablemente despliega dos enormes alas color violeta. El colchón comienza su vuelo y asciende varias decenas de metros sobre el suelo acompañado de miles de lápices de colores. Desde allí, la chica puede ver la ciudad y no reconocerla. Todo está cambiado, las tenues luces grises de las calles ahora son de color azul y los claxones de los coches, graves y ensordecedores, ahora suenan como cantos de sirena. La gente camina por la calle dando saltos de júbilo y alegría, sin lugar para las preocupaciones ni los problemas. Los niños pequeños corren por las plazas sin el temor de sus padres ante violadores o ladrones. La gente es feliz, la ciudad está llena de colorido y sentimientos de bondad, amistad y amor.


Y de repente, tal y como comenzó ese viaje, todo se desvanece. La chica despierta alterada por la alarma de su móvil. Son las siete y media de la mañana de un nuevo día. Por suerte, recuerda lo que ha soñado y sonríe levemente. Piensa que conseguir un mundo así es imposible, útopico y estúpido de perseguir.


A los cinco minutos, cuando está preparándose su leche con cacao antes de marchar al instituto, se sienta en un taburete de la cocina y piensa: quizás, si lo intentase, dejaría de ser imposible. Cuando termina con su desayuno, sale de casa hacia el instituto con una sonrisa enorme, dispuesta a conseguir su sueño y el de otros muchos: un mundo mejor, un mundo feliz.

2 comentarios:

  1. "Sus ojos se cierran y cae el telón de lo consciente. Es momento de la imaginación"

    ResponderEliminar
  2. Por supuesto, es lo más destacado que he encontrado en el texto...

    Gliglicamente es una expresión referida al lenguaje secreto de "Rayuela" de Cortázar.
    :)

    ResponderEliminar