5.08.2010

Quería...

Él quería darle los besos más dulces que jamás nadie le había dado. Quería darle la mejor de sus sonrisas. Quería acariciarla como nunca antes lo habían hecho con su cuerpo. Por querer, quería hacerla soñar, que supiera lo que era el cariño. Quería no alejarse más allá de dos centímetros de sus labios mientras la miraba a los ojos. Quería tocar su pelo y hacerla suspirar. Quería jugar con sus manos. Quería...



Y ya, nada vale.
Ella se perdió en la inmesidad del mundo.
Él se perdió en la flaqueza de su ausencia.

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