5.12.2010

Dreams

Aquella tarde él la envolvió en una burbuja de erotismo en la que el placer y el deseo fueron sus compañeros de viaje. Él acarició cada recoveco de su cuerpo en busca de la perfección, porque sabía que estaba en su cuerpo. Y la encontró. En el lado izquierdo de su pecho, justo debajo de su clavícula descubierta, estaba su más absoluta perfección: su corazón. Sentía como latía fuertemente, como si fuera a hacer explotar su cuerpo en mil pedazos.

Y justo en ese instante, cuando iba a encontrarse con lo que llevaba anhelando desde hace dos años, despertó. El despertador hizo acto de presencia con su desagradable ruido metálico y todo desapareció. La más absoluta realidad pasó a ser un simple deseo cohibido del inconsciente. Rescostó su cabeza sobre la almohada y se quedo mirando al horizonte a través de la ventana. Soñando despierto.

Pobre ignorante esperanza...



Tell me what you know about dreamin’ dreamin’...

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